«El Dúo Mecánico» enciende sus motores en Discovery todos los Martes a las 23.00 hs, desde el 25 de Febrero en una nueva temporada del show en el que dos fanáticos de los automóviles, Richard Rawlings y Aaron Kaufman, siempre están decididos a encontrar diamantes en bruto en los depósitos de chatarra de Texas y más lejos también.

La frase “el hierro oxidado de un hombre puede ser el mayor tesoro de otro” no podría ser más apropiada para este dúo que vuelve al ruedo para continuar con su apasionada búsqueda de algunos de los autos más desmantelados de Estados Unidos, con la mente puesta en restaurarlos, convertirlos en piezas clásicas y ganar buen dinero.

En cada episodio, Richard, genio de los autos, y Aaron, prodigio de la mecánica automotriz, buscan hasta en los rincones más remotos, coches clásicos viejos y olvidados para comprarlos y restaurarlos en su taller ‘Gas Monkey Garage’, en Dallas, Texas. Richard, Aaron y su equipo trabajan día y noche para terminar sus proyectos y subastarlos al mejor postor. Ellos pueden convertir el óxido en oro.

Richard tiene ojo de lince para detectar rarezas abandonadas y es el autor intelectual de las búsquedas, mientras que Aaron, el gran genio de la mecánica automotriz, analiza y decide si un automóvil es apto o no para ser restaurado. Juntos recorren rutas y caminos alternativos de Texas y sus alrededores explorando graneros, ventas de garaje y campos de cultivo ociosos en busca de nuevas joyas para trabajar en su taller.

Mientras que para muchos, viejos clásicos como un Chevy de 1957 o un Trans Am de 1973 no son más que chatarra oxidada, para estos dos intrépidos buscadores de tesoros son potenciales minas de oro. Una vez que Richard negocia con el propietario y consigue un buen precio, el auténtico trabajo empieza en el taller, donde ambos emprenden una carrera contrarreloj para terminar la tarea a tiempo para la subasta.

Esta segunda temporada avanza raudamente cuando Richard comprende que su modelo de negocio basado en restaurar de a un auto por vez es demasiado riesgoso y decide que es hora de expandir su «Gas Monkey Garage». Junto a Aaron y el resto del equipo salen en busca de un sitio más grande en el que puedan concretar varios proyectos simultáneamente y así tener más posibilidades de hallar y financiar su siguiente gran obra de arte.

Es entonces cuando Richard ve la oportunidad de comprar uno de los autos más raros del mundo, la Ferrari F-40, que podría convertirse en la venta del millón de dólares con la que siempre soñó.

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