Por Juan Pablo y María Gabriela Losino

Con un elenco renovado y casi desconocido, la tercera entrega de la serie de películas «Rápido y Furioso», se aleja de los Estados Unidos y llega a la ultramoderna capital japonesa de Tokio para introducirse una vez más en el mundo de los autos «tuneados» y las peligrosas carreras clandestinas.

Como no podía ser de otra manera, los verdaderos protagonistas de este film no son los actores sino los increíbles y veloces autos que esta vez se introducen junto a sus conductores en el mundo del «drifting», un nuevo estilo que surgió en Japón en el que ser el más rápido no es lo que importa, sino controlar el auto en situaciones extremas. Es una emocionante combinación de velocidad y deslizamiento que se desarrolla a lo largo de una peligrosa pista de curvas cerradas y zigzagueantes.

Dentro la vertiginosa velocidad en la que se desarrolla el film, el argumento nos cuenta la historia de Sean Boswell (Lucas Black), un inadaptado joven amante de los autos cuyo único escape de un hogar infeliz junto a su madre son las carreras de autos callejeras, lo cual le trae demasiados problemas con las autoridades. Luego de destrozar su propio auto en una carrera contra Clay (Zachery Ty Bryan), uno de los niños ricos populares de la escuela, Sean es enviado a vivir a Japón con su áspero y distante padre -un militar de carrera- para evitar ser juzgado como adulto o terminar en un reformatorio.

Una vez allí, Sean se siente aún más excluido en una tierra de costumbres distintas. Pero al poco tiempo conoce a Twinkie (Bow Wow), otro joven norteamericano que también vive en Tokio, quien no tarda en introducirlo en el mundo clandestino de ese particular estilo de carreras. Cuando ambos van al lugar en el que se reúnen los drifters, Sean nuevamente se mete en problemas al quedar deslumbrado por Neela (Nathalie Kelley), que casualmente resulta ser la novia de D.K. (Brian Tee), el «Rey del Drifting» y campeón local vinculado con los Yakuza, la mafia japonesa.

En la primera vez que compite en este tipo de carreras, Sean inadvertidamente se enfrenta a D.K. con un auto que le presta un socio de éste llamado Han (Sung Kan). Al no estar familiarizado con este estilo de manejo, Sean le devuelve el auto totalmente destrozado, por lo cual contrae una deuda con Han, quien finalmente lo incluye en su familia de inadaptados y le enseña los principios reales del «drifting» que se desarrolla en las calles densamente porbladas de los sectores urbanos de Tokio.

Esta producción trae nuevamente a la pantalla grande al actor japonés JJ Sonny Chiba, quien luego de interpretar a Hattori Hanzo en la inolvidable «Kill Bill Vol. 1», llega a «Rápido y Furioso: Reto Tokio» para encarnar a Kamata, el jefe del Yakuza y tío de D.K., que se verá envuelto en un enfrentamiento con Sean.

En síntesis, sin un gran argumento, la premisa esencial de esta producción está conformada por autos tuneados, bellas mujeres y buena música, lo cual hará que el espectador pase un buen rato en el cine.

Sobre el «Drifting»

Las carreras de «drifting» nacieron en los caminos tortuosos de las montañas de Japón cuando los jóvenes intentaban bajar de la manera más veloz posible hacia la ciudad.

• Duración: 104 minutos.
• Calificación: ATP c/reservas.
• Género: Acción.
• Estreno: 17/08/2006.
• Sitio Web (en inglés): www.thefastandthefurious.com

Galería de Imágenes

Trailer

«Rápido y Furioso: Reto Tokio» (The Fast and The Furious: Tokio Drift) es una presentación de United International Pictures. Dirigida por Justin Lin. Protagonizada por Lucas Black, Bow Wow y Sonny Chiba. Un guión de Chris Morgan.

Producida por Neal H. Moritz. Productor Ejecutivo: Clayton Townsend. Co-Productora: Amanda Cohen. Diseño de Producción: Ida Random. Diseño de Vestuario: Sanja Milkovic Hays. Fotografía: Steohen F. Windon, A.C.S. Edición: Fred Raskin y Kelly Matsumoto. Música: Brian Tyler.

Juan Pablo Losino

Editor / Fotógrafo / Periodista / Webmaster Me gusta el cine, las series y las carreras de autos. Fanático de las pizzas y las pastas.